«Desde antes de que la enfermedad por Covid-19 se declarara formalmente como pandemia –el ya muy lejano 11 de marzo de 2020–, la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos alertó que tendríamos que combatir simultáneamente una “infodemia”. Es decir, un volumen masivo, desbordado, incontrolado de información, (cierta y falsa a la vez) que se propaga simultáneamente y genera una gran confusión. Impide que las personas puedan distinguir entre la información veraz y la que no lo es. En los tiempos digitales que vivimos, este fenómeno se ha disparado exponencialmente mediante las redes sociales, y se propaga al igual que el virus. El resultado ha sido una suerte de epidemia de desinformación.» […]