«América Latina sentía el legado del prolongado periodo recesivo de la Gran Depresión de 2008, que ocasionó descensos acumulados del producto interior bruto (PIB) como no se habían conocido desde la Gran Depresión de 1930.
Iniciado 2020, la región mostraba una desaceleración generalizada y sincronizada a nivel de países y de sectores, completando cinco años consecutivos de bajo crecimiento. Se estimaba una disminución en la demanda interna, acompañada por una baja demanda agregada externa y unos mercados financieros internacionales más frágiles.» […]