«La retirada del Reino Unido de la Unión Europea nos ha deparado unas últimas jornadas especialmente intensas y azarosas a costa de Gibraltar. Una dinámica esta, por cierto, bien instalada en Bruselas cuando se han de resolver asuntos de cierta relevancia. Desde el Brexit, hasta el reparto de los fondos europeos o el establecimiento de las cuotas de pesca, entre otros temas.
La cuestión es que, finalmente, la sangre no ha llegado al río, y esta primera fase política del Brexit se ha superado pese a la amenaza de veto planteada a última hora por el ejecutivo español ante –al parecer- la nocturna y hábil maniobra ejecutada por nuestros homólogos británicos. Ríanse ustedes de lo de Carlsen y Caruana.
Mucho se ha escrito y dicho, por cierto, sobre el veto español y es en este punto donde querría detenerme, en primer lugar, antes de valorar la solución manejada para eludir el bloqueo del proceso.» […]