El futuro presidente suscita incertidumbre política en torno al cariz que asumirá su gobierno.
«Lo poco que se conoce del proyecto económico del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene una cara (es sumamente ambicioso) y una cruz (encontrará dificultades para concretarse). Más allá de las ambigüedades que posee, aspira a construir un Brasil-potencia que rompa las ataduras que han condenado a este país, desde 2013, a la crisis o a un débil crecimiento. Apuesta por impulsar un conjunto de reformas estructurales de carácter aperturista que no cuenta, a priori, con suficiente respaldo en el legislativo -tarea clave que queda a cargo del experimentado Onyx Lorenzini – y que está muy lejos de la cultura económica de los brasileños, poco acostumbrados a las tesis «neoliberales» de Paulo Guedes, el futuro superministro del presidente.» […]